sábado, 10 de julio de 2010

La tierra en que florece



Me enamoré de un hombre-mariposa que desprendía brillo de sus alas; mis ojos no percibían más que su presencia. Un día, lepidóptero -por fin-, me llevó hasta un árbol, y al entrar por el hueco de su tronco, la oscuridad me penetraba; desde entonces, día y noche lo dejé batirse entre mis vuelos: Un aire tibio nos desanudó las alas..
Ahora soy tierra que lo habita y, una pequeña oruga le florece en las entrañas.

martes, 4 de mayo de 2010

En el agua solar de la memoria

a Celestina, abuela de la luna

Ella barrunta -de voces- la tierra

sentada bajo el tule. Él atrapa

conejos de luz que manan del agua

solar de los encuentros: Deltas reman,

se acrisolan, desembocan un caudal

de mariposas que cierne de olores

niños la campiña de la tarde;

entonces se avecinan -bajamares-

los recuerdos, y un crisol de tactos

paladares imanta la memoria del oleaje..



jueves, 23 de julio de 2009



¿Dónde enconarte la sal sin que los cuervos asesten su morada?

lunes, 29 de junio de 2009


Al arribo de las aguas, tus ojos cartapacio: zafra en el fondo de la luna; entonces supe que segarías las mieses hollando de pozos tibios la ribera y espumando golondrinas trazarías del cauce la corriente; hace meses que te nombro entre la bruma y vapores hondísimos zarpan de los mares, pregonero de la noche, álula marina…

miércoles, 13 de mayo de 2009

manivela de la brizna


Su lengua vegetal filaba de rumbos cardinales el misterio de la vaina; en su herbaje manaban astrolabios que imantaban de acordes tibios -manivela de la brizna- los follajes: estrellas de mar cayendo...

lunes, 4 de mayo de 2009



Rémora de migraciones áureas e indomables ¿qué sorna mineral reverbera tu nombre, mar adentro?

martes, 7 de abril de 2009


Sólo con sus manos cifraría –vigía de los cuatro puntos cardinales- el tropel de los hervores en los vastos umbrales de la higuera, canto mineral de soles con que habrías de segar esos racimos de tordos que adormían de mieses la semilla...

martes, 31 de marzo de 2009

marejada


¿Qué misterios urde la respiración de aquel crustáceo oscuro en ese letargo animal de la tormenta? Diáspora de sales, el vuelo silvestre de su oleaje medra de arenas el batir de las aguas en la espuma...

lunes, 2 de marzo de 2009

hervores del hinojo


En el vórtice eras agua que asperjaba con su pulso los hervores del hinojo, los quicios tibios de su aroma: velámenes de leche que al candor de la llama líquida vertida al horizonte, acendraba de resinas la hondura frutal de mis vapores...

martes, 24 de febrero de 2009


Del bruñido de las olas, su remanso, alígero rocío de albura en el musgo bajamar de las orillas; pero el agua urde su sigilo: hilandero, enhebra raudales de luz que alondra ventisca desde el muelle…

domingo, 22 de febrero de 2009

maduro de aguas


La tarde oprime entre sopores de canícula y pirules, era de agosto la cosecha que desbrozabas con los dedos y una brisa de iridio plañía las ventanas al ardor del mediodía; enraizada al suelo, allí donde al arado brota de cortezas la espesura del verdor en los acantos, el hallazgo de tus ojos: savia de mar en el desierto; y así, maduro de aguas, –tu crótalo curtido entre mis sales- ungirías venenos de nardo en mi garganta.

jueves, 19 de febrero de 2009

poción de los azahares


Siegas, poción de los azahares, agua de miel para el estiaje de los labios enhebrando gota a gota la marisma y a cada hatajo de las plantas el haz dulce de los frutos: drupa del durazno; a la sed bronca del verano, efluvio, engullíamos legiones dérmicas que escaldábamos en azafrán y opio: analgesias amatorias de aguamar y clorofila.